Carta de un súper-liberal a un desahuciado, muy libre.
Estimado
desahuciado, mi primer consejo para ti es que no te ofusques ni te enfades,
debes saber que esto de la crisis no es un tema personal. Sí, querido amigo, estos
avatares económicos son una cuestión supra-humana, objetiva y neutra. Ya sabes,
como la sequía, o como un terremoto. Es importante que comprendas que es inútil
-y absurdo- pensar sobre esto en términos morales y buscar víctimas y verdugos,
culpables e inocentes. No, qué va. Es verdad que hacer eso es humano, pero de
lo que hablamos aquí es justamente de asuntos que van más allá, de cosas por
así decir de otra dimensión.
No
estamos, no, ante asuntos divinos, no metamos a Dios en todo esto, a ver si
alguno va a creer ahora que Dios es un vulgar intervencionista keynesiano. Cada
cosa en su lugar, los flujos y reflujos que te llevan y te traen son eso y nada
más, inmanencias ajenas a la voluntad.
De
ahí que te pida, no tanto resignación cristiana, sino liberal: en lugar de
rezar, puedes entonar este otro mantra que yo ahora aquí te propongo: laissez-faire,
laissez-faire... Repítelo suavemente, es hermoso, créeme, aunque aún no lo
comprendas. Quizá te ayude a comprender tus desdichas no como tales, sino como
acaeceres, como cosas que pasan, neutras e incoloras, como cuando un año viene
malo para las peras, pero bueno para las manzanas.
Ya
entrando en un terreno más práctico, y ante lo delicado de tu situación –me
dicen que andas tirado en la calle, con dos hijos nada menos- te recomiendo que
mendigues una conexión a Internet y busques algún listado de comedores
sociales. Busca los que tengan colas más largas, que eso seguro indica que dan
más ración.
Para
dormir, me dicen que a partir de la una de la noche más o menos y hasta las
seis o así algunos seguratas y municipales hacen la vista gorda y te puedes
meter en algunos cajeros automáticos. Ahí estarás bien calentito, ese tengo
oído.
Quién
sabe, aunque espero que no sea así, quizás eches de menos un subsidio, o
cualquiera de esas estratagemas liberticidas. Espero que comprendas a estas
alturas que semejantes ocurrencias es bien sabido que nos llevan de cabeza
hacia un “Camino
de servidumbre”. Se empieza por ahí, y se termina necesariamente en Corea
del Norte. Que te quede bien clarito, por si acaso caes en la tentación.
Y no
me seas pesimista ni derrotista, recuerda que eres libre, y mucho. Recuerda que
-en ausencia de ningún obstáculo físico objetivo- eres libre, cual pájaro estival.
Tus posibilidades en verdad son infinitas -siempre y cuando lo pienses de forma
“correcta”, claro está-.
Sí,
amigo, eres libre para hacer casi de todo. Por ejemplo, puedes echar a correr
calle arriba, y calle abajo -mejor a primera hora de la mañana, recién salido
del cajero, cuando todavía haya pocos o ningún transeúnte que pudieran suponer
un obstáculo a tu libertad-. Podrías también, créeme, caminar con los brazos en
alto, o dando pequeños botes, ¿por qué no? ¡Eres libre! Eres libre también, si
te lo propones, hasta de cagarte encima -para esto te recomiendo que no te
acerques demasiado a tus congéneres; sería bueno evitar, por ejemplo, el metro
en horas punta, y cosas así-. Eres también totalmente libre de ahorrar, de
reciclarte y montar un negocio, de ser tu propio jefe y contratar y contratar y
así convertirte en la envidia del barrio. Me dirás que estoy de broma, que
estás deprimido, amargado, casi sin energía, en la calle, empufado de por vida
con el banco. Mas créeme, nadie te impide hacer realidad tus sueños, no pienses
como un maldito perdedor. Repite conmigo: laissez-faire, laissez-faire... Es
hermosa la libertad, ¿a que sí? A mí, es que me encanta. Por eso soy liberal, ¿qué
te creías?
Amén.
Nota.
Estas
humildes líneas nunca habrían sido posibles sin la inestable colaboración de,
entre otros, @rodriguezbraun, @juanrallo, y @AzoteLiberal. Les doy desde aquí
mi sincero agradecimiento.
Alfredo! Mis comentarios a tu blog siguen desapareciendo! No los estarás censurando para evitar el debate?? Por cierto, un link a otro blog que reciéntemente se ha alineado con el tuyo. Será el Zeitgeist...
ResponderEliminarTanken