Discrepando con el "diputado políglota"
Bueno, como me salía un rollo demasiado largo para Facebook, he decidido sin más escribir una entrada en mi blog, que lo tenía abandonado.
Lo que sigue no son más que unos apuntes críticos, escritos de forma muy rápida, al respecto de una entrevista a Raimundo Viejo publicada en El Confidencial hoy mismo. No quiero ser injusto con el autor, solo juzgo el texto de la entrevista, o más que juzgar opino sobre él, y de forma un tanto apresurada.
Como siempre: los comentarios y críticas -incluso las no constructivas- son más que bienvenidas.
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Una entrevista interesante a un tipo interesante, pero con el que
estoy en desacuerdo en muchísimas cosas.
Por ejemplo, no comparto la idea de que los idiomas sean
portadores de rasgos culturales específicos, como parece
desprenderse de varias de sus afirmaciones. Apuntar hacia estas cosas
hablando además en castellano me resulta de una inconsistencia
terrorífica. ¿De verdad es necesario recordar otra vez que el
castellano o español es hablado por culturas muy, muy diferentes?
¿Cómo va a ser el castellano portador de un cierto carácter social
o cultural cuando es la lengua materna de ambientes tan radicalmente
distintos como el norte o el sur de México, Colombia, Asturias,
Chile... Es un topicazo insostenible, aunque muy viejo, uno que sirve, por ejemplo,
para ratificar prejuicios casi ancestrales del tipo: el
castellano no es una lengua de transacción y negociación, a
diferencia del catalán y el gallego... O lo mismo cuando se dice que el inglés es una lengua para el "business", y el francés para la cultura, y el italiano para el amor y el arte... Pablo Iglesias quizás sea directo, demasiado, pero no lo es en absoluto porque hable español, y si no compáresele con un humilde habitante del altiplano boliviano o de una barriada de Lima.
Por otro lado, me gustaría preguntarle a este señor dónde empieza y
dónde termina Madrid, porque algunos castellanos no podemos evitar
darnos por aludidos cuando se habla de Madrid como "lugar
monolingüe, centralista, lugar en el que la gente siente un confort
lingüístico que le hace esperar que todo el mundo hable su lengua
-español-..." Tengo la impresión de que se dice Madrid por no
especificar y decir: Madrid, Castilla y todos sus aledaños de
esencia castellana (habría que incluir quizás Aragón, no se sabe
si habría que incluir Andalucía...). Se habla de "Madrid"
para resumir: la España centralista, incluso imperialista... Pero
claro, meter en esto del centralismo imperialista a Soria queda algo
raro, entonces mejor Madrid. Total, un lío, un mix, un rollo bastante
insincero que nos permite poner etiquetas un poco a lo tonto, pero
ofendiendo lo justito, que tampoco es plan.
El entrevistado habla de los madrileños (una vez más supongo que
habría que incluir Zaragoza, Burgos, Sevilla...) que, como son
monolingües, pues tienen gran desventaja a la hora de aprender otros
idiomas... Y otra vez discrepo: un bilingüe desde niño no tiene
ninguna ventaja en la adquisición de otras lenguas cuando llega a su
edad adulta, incluso me atrevo a decir que puede que tenga, en
ciertos casos, una desventaja: minusvalorar la dificultad de la
adquisición consciente de otros idiomas. Es una ventaja haber
aprendido de forma consciente varios idiomas (caso del entrevistado),
pero ese no es el caso de la mayoría de los bilingües.
Por cierto, cuando va fuera, la relación con el idioma y la
cultura extranjera de un madrileño no es en principio nada diferente
de la de un tipo de Bilbao, de Huelva o de Alicante (de los catalanes
no me atrevo a hablar, les conozco mucho menos). Sí se puede dar una clara diferencia a este respecto entre un español y un portugués, por ejemplo, cuya lengua materna es mucho menos hablada, especialmente en Europa; y no digamos con un albanés, o un estonio... Y las diferencias pueden tener que ver con el puro hecho de hablar de forma nativa una lengua internacional (el español), o también por motivos culturales. Es verdad que los españoles somos más gritones que los suizos o los irlandeses -dependiendo de cuánto alcohol hayan consumido-, aunque no veo menos gritones a los de Vigo u Orense que a los de Zaragoza o Alicante, poca diferencia en eso, me da la impresión.
Para acabar. Es cierto que en el pasado se identificó Galicia
como un lugar muy poco sofisticado, rural, palurdo. Yo eso no lo veo tanto ahora, lo veo muy poco, o en todo caso lo veo muchísimo más con
Castilla, y de una forma distinta, con Andalucía. Castilla aparece muchas veces como paradigma de lugar tosco,
bruto, y reaccionario. Viejo pone el ejemplo de cómo se piensa
que Rajoy es idiota, y no sé de dónde coño saca eso, jamás lo he
pensado yo ni conozco a nadie en realidad que lo piense, y mucho menos por ser gallego. Sí se creyó de entrada que Aznar era idiota (de Valladolid, aunque no se
pensaba eso porque fuera de Valladolid, para ser justos).
En fin, veo bastante topicazo, incluso detecto cierto prejuicio.
Demasiado para un señor que se supone que está tan viajado, es
profesor de historia, es de Podemos, se supone que no es nacionalista, y es además diputado (aunque esto último no
significa absolutamente nada, como lo demuestra la existencia de luminarias
parlamentarias tales como Rafa Hernando o Rufián).
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