Sobre Platón, Bernat Dedéu y la Idea de GILIPOLLAS.
Platón nos enseñó que en otra dimensión de hiper-realidad existe un mundo de Las Ideas, de los arquetipos perfectos y esenciales. Nuestro mundo, caracterizado por una semi-realidad, triste y pálida, se deriva de ese otro más allá Ideal, de esa suerte de almacén de esencias inmarcesibles y primigenias. Esto que nos rodea son todo apariencias, copias múltiples, perecederas y condenadas a una rápida flacidez y descascarillamiento -como los destornilladores que compras en los chinos, por ejemplo-. Para el más insigne discípulo de Sócrates, la verdadera y principal función del filósofo consistiría en tratar de escapar de esta inmunda caverna sombría, y extasiarse en la contemplación del mundo tal cual es, y admirar lo ideal, que aunque arquetípico y jerarquizado -en su cúspide se haya la Idea Suprema del Bien- es también múltiple y diverso, y puede ser también de lo más pintoresco y entretenido de mirar. En esa otra dimensión de lo ideal se haya la Idea de “perro”, el arquetipo ide...