La prensa alemana y Puigdemont. Otra vez me quedo perplejo.
Es algo espeluznante comprobar
cómo hay un enfoque que se repite –aunque con matices y énfasis diversos-: Está
con nosotros nuestra amiga, profe de alemán. Claro, yo no puedo evitar preguntarle: ¿Qué dicen los medios por
Teutonia?
Y se
pone a echar un vistazo rápido al móvil… Y nos echamos algo a temblar.
Taz, Der Spiegel, Süddeutsche Zeitung, Die Zeit… Es algo espeluznante comprobar
cómo hay un enfoque que se repite –aunque con matices y énfasis diversos-:
El
conflicto se presenta en clave simplona y fundamentalmente favorable a
Puigdemont. Se trataría de un problema entre un Quijote democrático y pacífico,
y un gobierno de Madrid que es autoritario e inflexible. El nacionalismo
catalán ni se menciona en los análisis. La burricie y la tozudez identitarias
que están detrás del “idealismo” puchdemoniano simplemente no existen. Como no
existen los otros millones de catalanes que se oponen al “procès” y que ven
normal y lógico que Puchi rinda cuentas ante la justicia por sus fechorías, como
lo haría cualquier otro hijo de vecino. Se tiende a hablar de “Madrid-España”
casi como lo hacen los indepes, como de un magma básicamente homogéneo
caracterizado por la torpeza y la mano dura. Se pone en duda la separación de
poderes en España… O sea, es básicamente lo que se lee a diario en
elnacional.cat, o lo que se oye en Rac1, o lo que se ve y se oye en TV3, y en
Público, y cada vez más en eldiario.es.
Con
frecuencia, la conclusión viene a ser que Madrid aplasta a Cataluña, y que
Alemania no debería entregar a un político al que se quiere encarcelar por sus
ideas…
El
momento de estupefacción –y también de cierto esclarecimiento- llega con una
columna de Die Zeit firmada por una tal Julia Macher, que vive en
Barcelona. En esta columna se describe el conflicto básicamente desde los ojos
y las opiniones de… ¡Joan Queralt! Este tipo, uno de los más feroces,
irredentos y sectarios indepes, es citado en exclusiva para explicar lo que
pasa en Cataluña. Las opiniones de Queralt son las únicas que se usan a la hora
de dibujar los contornos, las texturas y los colores del problema. Os podéis
imaginar el resultado: España es Turquía (no lo dice así, pero se entiende).
Llarena y Lamela actúan a las órdenes de Rajoy, no hay división de poderes.
España es un país sin garantías procesales… Dice que no hay pruebas de ello,
pero que… todo el mundo sabe que…
Joan
Queralt, el inefable, el único. El mismo Joan Queralt al que dediqué en su día una entrada de mi blog en la que trataba de
mostrar su integrismo cafre.
Es
simplemente acojonante que uno de los medios de máximo prestigio e influencia
en Alemania decida que es una opción adecuada explicarles a sus lectores lo que
pasa en España y en Cataluña a través de las opiniones de este pajarraco. Es
casi escalofriante.
Todo
esto nos habla, y no bien, del nivel de los medios por Alemania –en teoría
mucho mejor que en España-. Y también nos da información de hasta qué punto la
campaña propagandística indepe ha tenido éxito (llevan décadas apostando
a saco por ella, y gastando dinero y recursos -públicos, también míos-, y se
nota).
Debo
añadir, y esto es importante:
No
puedo saber cómo de extendidas están las opiniones que describo aquí arriba.
Hablo solo por la lectura de 5 textos de opinión. No pretendo que se entienda
que esto es “lo que piensan los alemanes”.
Curiosamente,
de los artículos leídos, sólo uno se sale de madre y trata el asunto de una
forma más racional e imparcial. Se trata de Taz.de, periódico netamente
de izquierdas (esta vez en un editorial). Los otros medios son más bien de
centro o centro izquierda, y lo leído en ellos cae del lado indepe de forma más
bien bruta.
Nadie
sabe lo que va a pasar, pero visto lo visto, para nada es descartable que no
sea entregado a la justicia ninguno de los fugados, ni uno solo, tampoco el de
Alemania. Veremos.
Dejo
aquí el enlace a la columna de Die Zeit (España, ¿un Estado injusto –o no de
derecho-?) http://www.zeit.de/politik/ausland/2018-03/carles-puigdemont-spanien-justiz-haft-katalonien
Hola Alfredo!
ResponderEliminarTengo noticias para tí, desde Alemania: Te puedo confirmar que por estos lares, la guerra de propoganda la van ganando los indepes de corrido desde hace bastante tiempo. Esto lo aventuras ya en tus últimas entregas, pero realmente te confirmo que no hay color, en cuanto al interés y trabajo que han puesto los partidarios de la independencia en propagar su versión a los cuatro vientos, respecto de la desidia e inatención del Gobierno de Madrid de presentar sus tesis en europa. Simplemente, sólo se mueve una versión, con el otro bando encajando una goleada tipo la Roma-Barça, incluyendo goles en propria puerta. Uno se puede preguntar dónde está la versión oficial española, que podría ser presentada de manera bastante efectiva sin se maquillasen algunos aspectos un tanto ásperos del relato, pero lo cierto es que no existe ningún interés aparente en presentar una narrativa alternativa. El resultado te lo puedes imaginar: la gente consume propaganda fuértemente politizada como si de información se tratara, con el resultado inevitable que sus opiniones acaban siendo manipuladas de manera bastante efectiva.
Todo esto me resulta no tan sorprendente, cuando uno tiene en cuenta que el gobierno español has sido tradicionalmente muy insular, y en general tiende a no girar la mirada mucho más allá de la frontera, a no ser que sea para ver qué está pasando en Venezuela. La gestión de las opiniones públicas en Europa no figura en la lista de prioridades de nuestro ejecutivo, quizás porque encuentren que a la hora de injectar propaganda tienen que luchar contra una oposición bastante habil en este sentido.
Un abrazo,
Der Perit.
Mariano y su banda son un ingrediente fundamental para que todo esto vaya como va. La tormenta es la que es, porque en la coctelera está todo lo que tiene que estar, y Rajoy, Soraya, etc. Es todo casi mortal: su ineptitud, su falta de liderazgo, su dejadez, su visión arcaica y obsoleta de la política. No saben leer los nuevos tiempos, no saben leer el factor sentimental y emocional del conflicto, no tienen ni puta idea de lo que significan las imágenes y los símbolos en el siglo XXI. Actúan mal, y actúan como leguleyos, como miserables burócratas. Su ridícula fe en la mera "gestión de las cosas" es desastrosa en esta situación. Es profundamente indignante. Escuchar y ver al ministro de asuntos exteriores en la BBC es de vergüenza ajena.
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